viernes, 29 de agosto de 2008

Shadowrun: capítulo 7

VII

Tras el tiroteo Tyron y Antoine corrieron hacia Günther que estaba en el suelo, pálido, con la mirada perdida, abriendo y cerrando la boca como un pez, y sangrando por dos orificios de bala en la espalda.

- Mira lo que has hecho.- Espeta Tyron a Antoine.- Le has pegado dos tiros a tu primo por la espalda ¿Por qué lo has hecho?

- Yo…-balbucea Antoine.- No quería… la ametralladora se habrá disparado sola o algo así.

- La maldita ametralladora no se ha disparado sola.- Tyron le mira fijamente.

- Que sí, que se ha disparado sola.- Antoine agita las manos desesperadamente.- Da igual, tenemos que llevarle a un hospital.- Observa un instante a Günther.- Y rápido, esa mirada no me gusta nada.

- De acuerdo vamos

- ¿Cómo que vamos?

Unos minutos más tarde una moto corre a toda velocidad por las calles de Seattle esquivando el tráfico. Un Troll la conduce tranquilamente, sentado en el asiento. Un enano herido, cuya consciencia se encuentra caminando por la cuerda floja, está tumbado boca abajo en el espacio entre el Troll y el manillar de la moto. Otro enano se encuentra de pie aferrándose como puede a la gabardina de cuero del Troll mientras intenta no caer de la resbaladiza moto. Detrás suyo, la moto va dejando un reguero cada vez menor de pedazos más o menos sólidos cuando se van desprendiendo de la carrocería por la velocidad.

En el interior del hospital la gente salía corriendo a su paso, TODA la gente. El ver a un Troll armado con un cañón de asalto llevando a un enano herido y les acompañe otro enano con cara de mala leche portando dos ametralladoras, no provoca que la gente se acerque, lo que suele provocar es que la gente cambie de país, continente o sistema planetario.

Tyron decide usar su diplomacia y dando tres zancadas y media alcanzó a un médico que huía de la zona, le cogió de la pechera con una sola mano y lo alzó para ponerlo a la altura de sus ojos.

- Escuche Doc, mi amigo necesita que alguien le saque unas balas, le cure, le cosa y le devuelva a la consciencia, y ese alguien es usted.

- Pero… pero…- empezó a gimotear el Doctor.

- No hay peros Doc, usted hágalo, o si no, mi amigo.- dirigió la mirada a Antoine, el cual todavía portaba las ametralladoras no parecía la persona más indicada para presentar una queja.- se mostrará menos amistoso que yo. ¿me ha comprendido?

- Sssisssi

- Perfecto.- Antoine hace un gesto a Tyron.- Discúlpeme un momento. ¿Qué pasa?

- El hacha de Günther no está.- Dijo antoine

- ¿qué?

- El hacha… nos la dejamos en la calle, recuerdo que Günther se la clavó a un agente, no pudo sacarla… y sabes como se pone cuando no tiene el hacha cerca.

- Dioses… ¿qué vamos a hacer?- Tyron mira alrededor y sólo ve pasillos vacíos, Günther en una camilla mientras el Doctor coge el material necesario y a Antoine.

Varios minutos después Tyron hacía el camino de vuelta con el Pony, realizando una parada necesaria por el camino, no tardó mucho y aunque hizo algo no permitido no tuvo ningún problema a la hora de marcharse, a fin de cuentas a los empleados de los auto lavado no les pagan lo suficiente para interponerse en el camino de un Troll armado cuando entra dentro del túnel con su moto para limpiarse la sangre que ambos llevan encima.

Con la moto limpia y oliendo ligeramente a limón, Tyron aparca la moto cerca de la zona de la matanza, y atravesando las cintas de no pasar va directamente a la bolsa de cadáveres que abulta más verticalmente “Hola, ¿tienes un hacha de más de metro y medio clavada en el pecho o es que te alegras de verme?”, la abre y extrae el hacha del cuerpo del agente. Un rato después la moto está en marcha.

Cerca del hospital se detuvo, el edificio estaba rodeado y había demasiados agentes como para intentar nada, por lo que saca su móvil y llama a Antoine, cuando descuelgan el que está al teléfono es Günther.

- Ya era hora de que llegaras maldito pulgoso, ¿tienes a Betsy?

- ¿Betsy? ¿Llamas a este pedazo de metal Betsy y me das la murga por que a mi moto la llamé “Pony”?

- Bien.- continua Günther sin hacerle caso.- Tenemos que irnos, luego te llamo

- ¿Cómo que os vais? El edificio es una maldita ratonera y está completamente rodeado.

- Mira arriba.

Tyron alza la vista, se queda con la boca abierta unos instantes y luego salta de nuevo a la moto yendo a toda velocidad entre el tráfico. “La enana que los parió” pensó Tyron.

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