jueves, 28 de agosto de 2008

Shadowrun: Capítulo 3

III

Una rugiente masa de metal pasa volando entre dos coches, una bala negra de una tonelada y media se desplaza en zig-zag esquivando el tráfico de los 12 carriles de la Super-Autopista que rodea Seattle, cuatro metros de largo, uno y medio de ancho, dos ruedas y un Troll conduciéndolo a 200 km/h, en la parte trasera de la moto en pequeñas letras llameantes se lee “Pony”.

Tyron aparcó el Pony en un plaza donde le esperaban dos enanos que parecían haber salido de una secadora con piedras en su interior, al desmontar cogió a Tranca, su equipaje de mano, “nunca salgas de casa sin Tranca” era su lema, básicamente era un tubo de metro y medio con una boca de 35cm. de diámetro y un gatillo, lo más útil que se puede decir con ella es que cuando se usa es mejor no estar delante de ella.

- Günther…- Tyron saludo a un enano de barba castaña y ojos marrones vestido con pantalones de cuero negro y una cazadora holgada que, aunque no impedía ver el hacha que sobresalía tras Günther, sí que permitía ocultar un par de armas automáticas y el chaleco antibalas.

- Hola Tyron, seguro que recuerdas a mi primo.- contestó Günther con una sonrisa, señalando al otro enano.

- Antoine…- El “primo” de Günther vestía un traje negro, camisa blanca y corbata, pese al estilo elegante del traje, en un enano no quedaba tan bien., En una mano llevaba un maletín que Tyron conocía como “la pequeña caja de los truenos”- ¿Qué os ha pasado?

- Tuvimos un ligero contratiempo en el metro.- Contestó Antoine, una sonrisa poco amistosa afloró en su rostro.- Con una pandilla de Orcos, pero no creo que vayan a molestar a nadie más durante una temporada.

El sonido de unas sirenas se acercaba rápidamente a ellos y vieron pasar unas ambulancias en dirección al metro. Tyron miró un rato la calle por la que desaparecieron y con un “vamos” caminaron tranquilamente en dirección contraria, a ver si tenían suerte.

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